Por Noel Serrano
Traducido por Raquel Gonzalez
La pérdida de un ser querido es uno de los momentos mas dificultuosos que podemos pasar en la vida. No hay palabras que adecuadamente puedan expresar la fuerte emoción, nuestro amor y gran aprecio para el hombre que hoy honramos y enviamos a su descanso.
Mi padre, Francisco Serrano, nació el 17 de diciembre1919 en Ponce, Puerto Rico. El fue producto de una familia íntima y grande. Parece que el descubrió la fuente de juventud porque los años de aplicarse con desvelo nunca se reveló en su semblante resplandeciente. Hay muchos que muestran sus heridas de una vida larga y sufrida, desde temprana edad.
Panchito, como afectuosamente era conocido por sus amistades y familia, nunca mostró una característica de un largo sufrimiento o lucha en su vida. Dios le bendijo con una vida activa y de larga duración en medio de crisis, esfuerzos en la iglesia, y tragedias en la familia.
Francisco Serrano era un hombre muy amigable y saliente. El se abrazó a la vida, aún en sus momentos finales.
Mi papá celebraba una historia copiosa y extravagante de cuando niño, que revela una personalidad feliz que surgió de su humilde crianza. Desde pequeñas, sus hermanas menores lo admiraban y lo emularon.
Papá siempre nos contaba el cuento de cuando estaba en la finca de su abuelos, y contemplaba los cielos y miraba a los pájaros grandes, volando muy alto encima de las montañas de Adjuntas. El pensaba que sí podía enseñarle a los puerquitos a volar alto, como los pájaros. Mi papá, un niño gordito, anduvo como un patito al establo y comenzó a echar a los puerquitos hacia el aire, acompañado por su hermana menor, Mina. Ella se sonrió curiosamente mientras miraba a su hermano intentar darle una lección de navegar a los puerquitos. Pobre de ellos, fueron lanzados y caían suavecito al tacto de la grama. Al atardecer, el abuelo de mi papá caminó así al trecho de terreno cultivado y encontro a sus puerquitos por todos lados. Obviamente, algunos de los puerquitos se sentian mal. El abuelo exclamó: "Qué ha pasado aquí?" "¿Quién hizo esto?" La hermana menor, Mina corrió asi al abuelo y declaró....." pano, pano, volla, volla". Mi papá siempre recordaba este momento con risas sinceras y sencillas. Nuestra familia siempre admiraba sus ocurriencias graciosas, siendo encantador, y sus muchos cuentos de cuando niño. Francisco Serrano siempre trató de vivir su vida sin ansiedad o estrés. El tuvo muchas experiencias en su vida extendida con tragedias y más. El sobrevivió muchos fallecidos en su familia grande. Dios bendijo a nuestro padre con longevidad de vida. El vivió una vida estable y fiel al servicio de Dios. Francisco Serrano honró a su padre y madre y cuando su papá falleció, a una temprana edad, el cuidó de su madre y hermanos menores. Francisco sirvió como soldado en el ejército de Los Estados Unidos durante la guerra, WWII y los archivos indican que él le enviaba su pago militar a su mamá.
El era un ejemplo y producto profundo de " la vieja guardia" igual que un miembro de la mejor generación de esta nación. Dios bendice a la persona quen piensa en los demas antes que en si mismo. Dios le da largos dias a aquellos quienes honran a sus padres, este es un mandamiento de Dios con esa promesa. Dios le dió larga vida a Francisco, sobrevivió todos los que se asombraban de su apacible y humilde persona. Era muy amigable, amor a campo, cabello de plata, exterior de carita color de cerezas, era un hombre que amaba a Dios con todo su corazón, mente y espíritu. El amo a su familia con cada respiro. Este fue un hombre que trabajo dia y noche para proveer para su familia, y todavía tomaba tiempo durante los veranos para construirnos carritos de juegos. El nos llevaba a las playas y tomó tiempo para llevar a su esposa a enseñar en sus clases de Biblia en el Instituto. El nos llevó a la Montaña del Oso, nos acariciaba y nos mostraba su amor, porque para él, éramos su tesoro. Mi papá se depertaba cada dia a orar y interceder por su familia. El comenzaba sus oraciones tempranito en la mañana, dándole gracias al Omniponente Dios por un nuevo dia de victoria. Durante las horas de la noche, Francisco, también se incaba a orar en voz alta por su familia, esa fue su costumbre.
Yo deseo decirle a mi querido padre, "padre, ya sabes como me siento por ti." "Fuiste un padre sobresaliente y estoy orgulloso de ser tu hijo." "Quiero que sepas que María y yo siempre estaremos agradecidos por todos los años que compartimos contigo, por las experiencias, el honor y privilegio de cuidarte y servirte durante los últimos cinco años. Compartimos momentos especiales y nuestra apreciación para ti penetra profundamente dentro de nuestros corazones. Nuestro consuelo, en esta hora, es que peleaste la batalla buena de fe, y que ahora estás en un lugar mejor de descanso y que te veremos de nuevo en ese gran amanecer y juntos cantaremos el cántico de los redimidos y nos regocijaremos en la casa de Dios por siempre y siempre, amén.
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